viernes, enero 02, 2015

Arquímedes

Arquímedes

Dedicado a Sixtina.
Las decisiones no son seguridades.

Un cansado Merlín miraba con frustración y enojo a un búho que apenas abrió el pico no hizo más que criticarlo. El ave desde su llegada no había parado de decirle que todos los planes que había tramado para consolidar el reino eran ideas infantiles y absurdas.

"Ese druida debe odiarme" pensaba el joven hechicero recordando a quién le regaló el pájaro. "Escúchalo" le dijo el druida y era lo que había hecho contra su voluntad durante semanas y tanto fue que lo escuchó que había decidido callar para no arriesgarse a oiír sus réplicas.

-¿Qué pasa?- preguntó el búho - ¿Se te acabaron los planes mágicos para defender a Bretaña de la invasión de los "países errantes"?

- ¿Para qué decirlo si a todo le encuentras un pero? -. Dijo en tono cansado -. Además me has hecho dudar. Las hordas invencibles me parecieron buena idea, hasta que dijiste que serían demasiado avasalladoras y que causarían descontento, además la magia se puede deshacer con magia.

- ¿Y qué me dices del glorioso descenso del cielo?

- Me imaginaba al héroe mostrando su superioridad y un origen sobrehumano... pero también tenías razón en que causaría más terror que respeto.

A una larga enumeración de planes grandiosos, fastuosos e imperfectos le siguió un suspiro de frustración y luego de esto, como nunca antes, el búho permaneció en silencio. Luego de varios minutos decidió volver a abrir el pico.

- ¿En qué piensas ahora?

- ¿Como sabes que estoy pensando?

- Por que dejar la mente en blanco es imposible, además no eres de los que piensa en voz alta.

Por enésima vez el pajarraco tenía razón, por enésima vez tendría que reconocerlo y aunque estaba cansado del alardeo de éste prefería escucharlo como le aconsejó el druida.

- Pensaba en todo esto - le dijo mostrando todos los libros y pergaminos acumulados en la cueva -, todo este conocimiento lo he internalizado con años de lectura y años de meditar, soy el conocedor de artes luminosas y oscuras, de la magia que puede quitar la vida y también darla... en ciertos niveles. Puedo leer las estrellas y predecir el futuro a través de ellas... gracias a ellas sé que los países errantes invadirán Bretaña, pero pese a todo el conocimiento que he adquirido no he podido urdir un plan concreto para defender esta tierra. ¿Qué es lo que me hace falta?

Entonces el búho dio un suspiro de alivio, era la pregunta que había esperado por semanas.

- Joven Merlin, tienes conocimiento de sobra, y tal como has adelantado los países errantes invadirán Bretaña. Lo que te hace falta es SABIDURÍA.

- ¿No es acaso lo mismo? - preguntó el joven perdiendo la paciencia.

- No, no lo es - respondió el ave con firmeza -. ¿Crees que los padres leen mucho para enseñar a sus hijos? ¿Las mujeres devoran pergaminos y libros antiguos antes de enseñar a sus hijas como ser madres? Pues no. Ellos entregan sabiduría y conocimiento. El conocimiento se adquiere memorizando pero la sabiduría se adquiere actuando. Te has esmerado tanto en coleccionar documentos que olvidaste vivir.

- Pero si mi vida se convirtió en prepararme para ...

- ¿En serio? - interrumpió el búho - ¿Vas a hacer una vida de sólo preparación? Eso es lo que te falta. Lo que te falta es arriesgarte a cometer errores. Lo que te falta es probar y fallar, arrepentirte y hacer de ese arrepentimiento una lección. ¿Acaso sabes como dividir un pedazo de pan dentro de una familia pobre? ¿Tienes idea de cuanto debe ganar un herrero? ¿Sabes si son justos los impuestos que exigen los regentes? No lo sabes, vives en una cueva.

- ¡Es que esos no son mis asuntos!

- ¡Pues deberían serlo! ¿Quieres defender un país que no sabes como funciona? ¿Sabes lo que quieres defender?

- Sé en lo que se convertirá si nos doblegan los nómadas.

- Pero no te has preocupado de saber en qué se convertirá si no hay sabiduría en su reinado.

Un punto más a favor del pájaro. "No sé lo que estoy defendiendo". Y aunque estas palabras causaban temor en el corazón del hechicero, causaban ira en la mente del mismo.

- ¿Por qué hablas con tanta autoridad de la sabiduría? ¿Crees que por ser el símbolo de la sabiduría de los griegos lo sabes todo? Sólo eres un pájaro parlante, de haber querido uno habría entrenado un cuervo.

- No soy el símbolo de la sabiduría de los griegos y tampoco soy sólo un pájaro. Yo estuve en los oráculos griegos compartiendo la sabiduría. YO SOY LA SABIDURÍA DE LOS GRIEGOS.

Y entonces Merlín compendió en qué se basaba el regalo del druida. Tenía ante él no sólo a un búho parlante, tenía al búho de Artemisa. Abriendo unos grandes ojos lo llamó por su nombre.

- ¿Glaukopis?

- ¡Puaj! No tienes idea de como detesto ese nombre. Fui bautizado así por una pitonisa del oráculo de Atenas. Pensé que por ser el oráculo tendría más influencia en los monarcas, pero no, ella nunca quiso arriesgar el cuello, siempre usando palabras rebuscadas, lenguaje confuso. Casi siempre los conducía a un error, cayeron reinos enteros y la unificación nunca se logró. Sólo se logró por la fuerza años más tarde cuando ya me había marchado de ahí.

Marlín se sentía avergonzado. Tenía a la sabiduría más grande junto a él y no la había aprovechado.

- De verdad lo siento - intentó disculparse - si hubiera sabido quién eras...

- Primera tarea- le interrumpió el pájaro con tono golpeado -, saber diferenciar una buena de una mala idea, no importa de quien venga.

Merlín ya no se atrevió a decir nada. Dejó que el ave siguiera hablando.

- Tu segunda tarea es interesarte por lo que pasa a tu al rededor. Tu tercera tarea debiera ser buscar la forma de dirigir el equilibrio entre los humanos a través de un líder y las siguientes tareas no tienen sentido si no logras las tres primeras.

- Pero eso toma tiempo, no puedo dejar de pensar en la protección de Bretaña.

- Hay tiempo suficiente. Mientras aparece el líder indicado aprende a vivir, empieza a coleccionar sabiduría, ya no más conocimiento. Interésate, intercede, acumula experiencias. El indicado lo puedes encontrar con magia o sin ella, preguntando o por suerte, si quieres toma como pupilo a la primera persona que sea capaz de sacar una espada fundida en la roca o cualquiera de las cursilerías que se te ocurren siempre, pero para cuando aparezca eres tú el que debe estar preparado para tomar todo tu conocimiento y usarlo con equidad, de eso se trata la sabiduría. Tu impulsividad nubla tu juicio y desprecias la metodología por sobre el fin que buscas.

- No siempre harás lo que quieres hacer - prosiguió -, pero siempre deberás hacer lo que debes hacer.

Merlín, ya sea por vergüenza o por estupefacción se había calmado. Aún sentía el entusiasmo y la urgencia de salvar a su tierra, pero tenía a la sabiduría misma que le decía que tuviera paciencia y que su erudición debería tomar otro rumbo. Su enojo se convertía en curiosidad y su incertidumbre en ganas de descubrir, en ganas de vivir y generar sabiduría.

- Hoy descansa -dijo el búho -, mañana puedes empezar a hacer cosas diferentes. Por ejemplo ponerme un mejor nombre; "ojitos brillantes"- dijo en tono burlesco- no es un nombre digno. Me gustaría un nombre más imponente, que demuestre más sabiduría, un nombre más filosófico.

- Te llamaré Arquímedes entonces- dijo el joven sonriendo.

- Arquímedes no era un filósofo, era un matemático - dijo algo molesto el búho.

- Puede ser, pero creo que tú y él me inspiran algo muy parecido. Los dos me inspiran a pensar que con un buen punto de apoyo se pude mover al mundo.

Y era ahora el búho quien miraba estupefacto a Merlín. Había presenciado las primeras palabras de sabiduría de un joven idealista. Pensó que el joven impulsivo que conoció podía cambiar y aprender más rápido de lo que se había imaginado, y definitivamente más rápido que una pitonisa del oráculo de Atenas.

Se acomodó un poco las plumas, junto un poco las alas preparándose a dormir. Cerró los ojos y balbuceó:

- Arquímedes... me gusta.

miércoles, febrero 23, 2011

Mi mundo

Llego para encontrar mi mundo,
el que tiene tu relieve y la luz e tu sonrisa
...pero no encuentro tu nombre para llamarlo
ni encuentro esa piel que si la toco me eriza.

No encuentro mi mundo y quedo en el vacío,
que se llena de estrellas hechas de mi llanto,
se cumple mi muerte y me cubre un manto
que ahoga la pena y el aliento mío.

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domingo, mayo 09, 2010

Mamá

Tus pasos se cansan al correr de las horas,
tu infancia se pierde entre el trabajo y las labores
y tus sueños de princesa desaparecen en tu almohada
mientras cuidas el sueño de quien más atesoras.

Ya olvidaste jugar con muñecas,
y salir a divertirte sin preocupaciones
y no respetar a tus mayores
respondiendo a sus enfados con una mueca.

Ahora te esmeras por seguir viviendo
en orden y cordura por quienes cuidas
hiciste una unida familia
y no le vas a fallar a sus miembros.

Ves crecer a tu sangre
con la misma rapidez que se aleja
y te preocupa el futuro desconocido
de la generación que te lleva la delantera

y el futuro de tus hijos se adorna de tu experiencia
y tus canas se adornan de su lealtad
y lo que pierdes de vida al pasar de los años
lo ganas disfrutando de su felicidad

y tu única paga han sido tus hijos,
tu mayor recompensa sus caricias,
tu mayor perdón el de sus errores,
tu mayor aliento sus voces llamándote:

Mamá.

jueves, mayo 06, 2010

Vuelve

Te fuiste junto con tu energía,
te llevaste contigo tu alegría,
te llevaste la paz
te llevaste las risas
te llevaste el saludo cordial

Te alejó el hastío,
te alejó el stress,
te alejó el trabajo,
te desapareció cansancio,
ya no te volvimos a ver.

En tu lugar venía una extraña,
que descargaba su rabia
y frustraciones en tu familia,
que no nos quería como tú
y parecía querer echarnos de tu casa.

¿Qué hicimos para que te fueras?
nos preguntábamos a diario,

martes, abril 27, 2010

No eres mía

A mi hija Sofía.

No eres mía
y eso es un hecho,
esa es la pena
de este hombre maltrecho.
No llevas mi sangre,
no llevas mis genes,
no llevas mi nombre,
de mí nada tienes.

Todo lo que tienes de mi
es aquello que puedo darte
¿lo quieres recibir?
sólo tengo mi arte,
mis palabras y mi rigor molesto
que quiere hacer de una niña
un modelo maestro...

jueves, abril 22, 2010

Si llegaras esta noche

Si en esta noche cálida,
en que no veo las estrellas
sólo a tus ojos ausentes
eclipsándolas a ellas,
vinieras a incendiar mi alma
empezando por mi cuerpo,
¿quién nos asegura que al alba
no habré muerto en ese infierno,
mimado por tu furia,
aniquilado por tu amor,
renacido en la lujuria,
ahogado en la pasión?

El beso que nos falta

El beso que nos falta
siempre nos hará falta,
porque el último nos supo falto
al sabor de la despedida.

No hubo una renuncia
ni a tu mano ni a la mía,
no hubo un solo paso
en otra dirección,
no tenía tanta pena para querer olvidarlo,
tampoco el júbilo de una reconciliación.

Ese beso que nos falta
está en el aire entre nosotros,
en el insomnio a medianoche
y en el saludo matinal
y en todo lo que hacemos
para olvidar lo que tenemos:
este loco sentimiento que aún no tiene un funeral.